LA SEGURIDAD A TRAVÉS DE LA HISTORIA VOL. 1 | Historia


El concepto de seguridad humana

Aplicación del concepto de seguridad humana: La seguridad humana es un marco normativo dinámico y práctico para hacer frente a las amenazas de carácter intersectorial y generalizado con que se enfrentan los gobiernos y las personas. Dado que las amenazas a la seguridad humana presentan grandes diferencias en el plano nacional e internacional y a lo largo del tiempo, la aplicación del concepto de seguridad humana requiere una evaluación de las inseguridades humanas que sea amplia, centrada en las personas, específica para cada contexto y orientada a la prevención. Este planteamiento ayuda a centrar la atención en las amenazas existentes y emergentes para la seguridad y el bienestar de las personas y las comunidades.
Asimismo, al determinar cuáles son las necesidades concretas de las poblaciones afectadas, la seguridad humana afecta directa y positivamente a la vida diaria de las personas amenazadas en su subsistencia, medios de vida y dignidad. Como consecuencia de ello, la promoción de la seguridad humana produce resultados más inmediatos y tangibles que abordan integralmente las causas fundamentales de esas amenazas; determina cuáles son las prioridades en función de las necesidades reales, la vulnerabilidad y la capacidad de los gobiernos y las personas; y pone de relieve posibles discordancias entre las políticas y las respuestas nacionales, regionales e internacionales. La combinación de esos elementos ayuda a fortalecer las medidas adoptadas por los gobiernos y otros agentes en apoyo de la seguridad humana.
La aplicación del concepto de seguridad humana es en gran parte resultado de un marco normativo basado en dos pilares que se refuerzan mutuamente: la protección y el empoderamiento. La aplicación de ese marco permite disponer de un enfoque amplio que combina normas, procesos e instituciones concebidos en sentido descendente con instrumentos de carácter ascendente, en el que los procesos participativos apoyan la importante función que desempeñan las personas como agentes en la definición y el ejercicio de sus derechos fundamentales.

Además, al integrar las respuestas de los agentes pertinentes de un modo más coherente y eficaz, la seguridad humana se basa en las capacidades existentes de los gobiernos y los pueblos mediante respuestas integradas y amplias que aprovechan las ventajas comparativas de una gran variedad de agentes, lo que asegura la coherencia en la asignación de recursos, objetivos y responsabilidades entre los distintos agentes a nivel local, nacional, regional e internacional, eliminando la duplicación de tareas y promoviendo respuestas focalizadas, coordinadas y eficaces en función del costo.
Por último, la seguridad humana queda mejor salvaguardada con la adopción de medidas proactivas y preventivas ante las amenazas actuales y nuevas. Al examinar la forma en que las distintas amenazas a las personas y comunidades pueden traducirse en factores de inseguridad más amplios, la seguridad humana promueve el desarrollo de mecanismos de alerta que ayudan a mitigar los efectos de las amenazas actuales, y, de ser posible, evitar que se produzcan amenazas en el futuro.

Los agentes responsables de promover la seguridad humana: Los gobiernos mantienen la función primordial de asegurar la supervivencia, la subsistencia y la dignidad de su población. Al mismo tiempo, las crisis recientes han demostrado que algunas amenazas escapan del control de cualquier gobierno individualmente considerado. Estas amenazas han puesto de relieve la necesidad de una mayor colaboración entre los gobiernos, las organizaciones internacionales y regionales, la sociedad civil y los agentes de base comunitaria.
Además, los agentes, en particular los que están cerca de la realidad sobre el terreno y familiarizados con ella, son especialmente importantes para forjar respuestas que sean proactivas, preventivas y sostenibles, por lo que deberían contar con la asistencia de la comunidad internacional. De la misma manera, las organizaciones regionales y subregionales desempeñan un papel fundamental en la movilización del apoyo y la promoción de la actuación colectiva. Con conocimiento de los matices políticos y las sensibilidades culturales de sus regiones, esas organizaciones son asociados esenciales en la promoción de la seguridad humana.

El sistema de las Naciones Unidas también desempeña un papel decisivo en la aplicación del concepto de seguridad humana. Con el cometido de abordar la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos, la aplicación de ese concepto se basa en los conocimientos especializados de las distintas partes del sistema y no aporta estratos adicionales a la labor de las Naciones Unidas. Esto ayudará a promover el programa de reforma de “Una ONU” y a apoyar el compromiso contraído por los Estados Miembros para pasar de una cultura de reacción a una de prevención.
Principios clave y marco para promover la seguridad humana: Mediante el marco de protección y empoderamiento, el concepto de seguridad humana promueve medidas centradas en las personas, amplias, específicas para cada contexto y orientadas a la prevención con el fin de reducir la probabilidad de conflictos, contribuir a superar los obstáculos al desarrollo y promover los derechos humanos para todos.

“Centradas en las personas”
El concepto de seguridad humana considera una amplia gama de situaciones por debajo de las cuales la supervivencia, medios de vida y dignidad de las personas, en particular de los más vulnerables, se ven gravemente amenazados. Un elemento fundamental de la seguridad humana es la promoción de sistemas políticos, sociales, económicos, ambientales, militares y culturales que ofrezcan, en conjunto, a las personas los elementos necesarios para alcanzar la paz, el desarrollo y el progreso humano.

“Amplias”
Gracias a la comprensión de cómo una amenaza concreta puede repercutir negativamente en libertades que son universales e interdependientes (una vida libre del temor y la miseria y con dignidad), la seguridad humana requiere respuestas que sean amplias, multisectoriales y basadas en la colaboración. De esa manera se garantiza la coherencia, se limita la duplicación de tareas y se fomentan soluciones integradas que pueden dar lugar a mejoras más eficaces y tangibles en la vida cotidiana de las personas.

“Específicas para cada contexto”
Al reconocer que las causas y manifestaciones de las amenazas varían considerablemente en el plano nacional e internacional y a lo largo del tiempo, el concepto de seguridad humana promueve soluciones que están incorporadas en la realidad local y basadas en las necesidades, vulnerabilidades y capacidades efectivas de los gobiernos y las personas.

“Orientadas a la prevención”
El concepto de seguridad humana, que considera las causas profundas de una amenaza determinada, señala los cambios estructurales (externos o internos) o de comportamiento que son necesarios para ayudar a mitigar los efectos y, cuando sea posible, prevenir amenazas actuales y futuras.

Protección (sentido descendente) y empoderamiento (sentido ascendente)
El marco de protección y empoderamiento garantiza también la formulación de respuestas adecuadas a una amenaza concreta. Al combinar normas, procesos o instituciones descendentes, como el establecimiento de mecanismos de alerta temprana, la buena gobernanza e instrumentos de protección social, con un enfoque ascendente, en el que los procesos participativos ponen de relieve las contribuciones de las personas a la definición y el ejercicio de sus libertades fundamentales y responsabilidades, la seguridad humana mejora las capacidades locales, consolida las redes sociales y garantiza la coherencia en la asignación de recursos y políticas.

¿Cuál es el valor añadido el concepto de seguridad humana como instrumento operacional?: En primer lugar, el concepto de seguridad humana hace hincapié en amenazas generalizadas que afectan a distintas esferas de la vida, que ponen en peligro la supervivencia, los medios de vida y la dignidad de las personas y las comunidades y exige un replanteamiento de la seguridad cuando la promoción de la seguridad humana es fundamental para la seguridad nacional.
En segundo lugar, la seguridad humana es un enfoque que complementa la seguridad estatal, consolida los derechos humanos y fomenta el desarrollo humano, lo que permite establecer los requisitos necesarios para conseguir la paz, el desarrollo y el progreso humano.

En tercer lugar, la seguridad humana considera las amenazas desde una perspectiva integrada, multidimensional y amplia. No solo contribuye a mitigar el impacto de dichas amenazas sino que también reduce el riesgo de que se conviertan en crisis de mayor alcance y más difícil solución.
En cuarto lugar, al contextualizar las causas y manifestaciones y sus efectos en las personas, el concepto de seguridad humana pone de relieve las necesidades, vulnerabilidades y capacidades reales de las personas afectadas y contribuye a la búsqueda de soluciones orientadas a prioridades y objetivos específicos.

Por último, dada la conexión existente entre las situaciones de inseguridad personal, la seguridad humana ofrece un marco dinámico que aprovecha las ventajas comparativas de una red heterogénea de agentes. De esa manera se garantiza la coherencia, se elimina la duplicación de tareas y se promueven respuestas basadas en la colaboración de alcance local, nacional, regional e internacional que, en conjunto, pueden generar una fuerza mucho mayor.
¿A qué cuestiones puede aplicarse el concepto de seguridad humana?: La seguridad humana tiene en cuenta amenazas complejas y multidimensionales que representan un desafío para la supervivencia, los medios de vida y la dignidad de las personas. En cuanto marco, puede aplicarse a una gran variedad de desafíos actuales e inminentes. A través de los proyectos financiados por el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana, el concepto de seguridad humana se ha aplicado a situaciones complejas de la seguridad humana, como las siguientes:
         • Transición a la paz y el desarrollo sostenible en comunidades frágiles y afectadas por conflictos.
         • Víctimas de la trata de personas, su protección y empoderamiento.
         • Respuesta a las consecuencias multidimensionales de las amenazas relacionadas con el clima.
         • Violencia urbana y sus efectos en la salud, educación y seguridad económica, personal y comunitaria.
         • Reducción de la pobreza, inclusión social y desarrollo de base comunitaria en las zonas aisladas.
         • Componentes económicos, ambientales y sociales de las situaciones de inseguridad sanitaria.
Prevención de conflictos y consolidación de la paz
Los proyectos del Fondo Fiduciario se han orientado particularmente a reforzar la seguridad ciudadana, mejorar la prestación del acceso a los servicios sociales básicos, establecer los medios de vida, promover la reconciliación comunitaria y reforzar las actividades de prevención de conflictos.

Enseñanzas aprendidas:
        • Por el hecho de prestar especial atención al logro de los beneficios de la paz para las personas y las comunidades y hacer hincapié en que una paz duradera requiere una vida sin temor, miseria ni exclusión, puede ayudar a reorientar los esfuerzos hacia intervenciones concretas que tengan en cuenta las necesidades de las personas.
        • Las estrategias multilaterales que implican a una gran variedad de partes interesadas locales y de las Naciones Unidas han sido decisivas para producir el dividendo de la paz necesario para impulsar la confianza en la consolidación de la paz y la transición hacia la recuperación.        • El análisis de las necesidades, vulnerabilidades y capacidad basado en el concepto de seguridad humana contribuye a un establecimiento de prioridades mejor orientadas y más eficientes y sostenibles.
        • El análisis sienta las bases para estrategias de empoderamiento y creación de capacidad que fomentan la implicación local y promueven una mayor sostenibilidad.
Trata de personas

Los proyectos del Fondo Fiduciario han promovido respuestas adaptadas al contexto concreto cuyo objetivo es reducir los efectos de la trata de personas en las víctimas y las comunidades de donde proceden.

 Enseñanzas aprendidas:
        • La trata de personas disgrega las familias, erosiona los vínculos sociales y echa por tierra las perspectivas políticas, sociales, económicas y culturales de las comunidades. Genera un entorno de violencia, delincuencia y temor, redes delictivas que minan el Estado de derecho, debilita la seguridad pública y representa una amenaza para la seguridad y el desarrollo de las comunidades en general.
        • Para situar a las personas y las condiciones en que viven en el centro del análisis, se realiza una evaluación más completa y focalizada de las causas profundas de la trata de personas. Esta, por ser una amenaza multidimensional, debe abordarse preferentemente mediante la colaboración en todos los niveles entre los distintos sectores.
        • A través del marco de protección y empoderamiento, se refuerzan las capacidades necesarias. Ello reviste particular importancia para modificar los comportamientos y promover trayectorias más alentadoras para quienes se ven directamente afectados por la trata de personas.
Amenazas relacionadas con el clima y peligros naturales o de origen humano
Los proyectos del Fondo Fiduciario han reforzado la capacidad de las comunidades de hacer frente a las amenazas relacionadas con el clima y de recuperarse después de ellos, al mismo tiempo que han contribuido a resolver las situaciones de seguridad alimentaria, sanitaria y económica y fomentado el desarrollo de mecanismos locales y nacionales de respuesta.

Enseñanzas aprendidas:
        • Un enfoque amplio e integrado ayuda a reducir las consecuencias sociales, políticas, económicas y ambientales del cambio climático.
        • El análisis de la seguridad humana facilita información útil para elaborar estrategias empíricas de protección y empoderamiento que pueden aumentar el bienestar de la población y asegurar su sostenibilidad.
       • El marco de protección y empoderamiento puede traducirse en una mejora de los sistemas de alerta temprana, unos mecanismos de supervivencia más resistentes y unas estrategias de adaptación más conformes a las necesidades y vulnerabilidades específicas de las personas sobre el terreno.
        • Las iniciativas de empoderamiento de base comunitaria pueden ampliarse con el fin de incorporar la reducción de los desastres y la gestión del riesgo en los planes nacionales de desarrollo.
Violencia urbana
Los proyectos del Fondo Fiduciario han tratado de empoderar a las comunidades para hacer frente a los complejos desafíos de la violencia y la delincuencia urbana, al mismo tiempo que se refuerza la capacidad de los mecanismos locales y nacionales de seguridad ciudadana.

Enseñanzas aprendidas:
         • Para reducir la violencia y la delincuencia se requiere un planteamiento integrado y multidimensional que pueda responder a los múltiples factores interconectados en el plano institucional y comunitario, con inclusión del orden público, la pobreza, la educación, la salud y la cohesión social.
         • El concepto de seguridad humana, que promueve los procesos basados en la participación, contribuye al desarrollo de las redes de diversas partes interesadas. Ello puede fomentar el diálogo entre los gobiernos y sus ciudadanos, lo que permitiría mejorar el nivel de confianza y lograr un mayor compromiso cívico.
         • El concepto de seguridad humana presta especial atención a las medidas preventivas que abordan las causas profundas de la violencia y la delincuencia, y están basadas en las contribuciones positivas de los miembros de la comunidad que se encuentran en situación de riesgo.

Reducción de la pobreza, exclusión social y desarrollo de base comunitaria
Además de considerar las múltiples dimensiones de la pobreza en un determinado contexto, los proyectos del Fondo Fiduciario han prestado también gran atención a las situaciones de pobreza resultantes de las desigualdades de trato o de acontecimientos inesperados, como las crisis financieras y económicas y los desastres naturales.

Enseñanzas aprendidas:
         • La exclusión social puede condenar a las ciudades a una situación persistente de pobreza. Las desigualdades de acceso a los servicios sociales y a las oportunidades económicas, si no se abordan adecuadamente, pueden provocar inestabilidad social y recrudecer las tensiones entre las comunidades.
         • Una mejor comprensión del efecto diferenciado de la pobreza puede ayudar a promover políticas que estén más en consonancia con las necesidades y vulnerabilidades reales de las personas.
         • Las estrategias de reducción de la pobreza podrán beneficiarse de políticas y acciones amplias y coherentes. De esa manera se reducirá la duplicación de tareas y se acelerará el efecto de las acciones emprendidas en el plano internacional, nacional y local.
         • El fuerte compromiso de las autoridades locales municipales y/o nacionales, junto con las medidas para incrementar la capacidad de las comunidades locales, refuerza la sostenibilidad y la institucionalización de las respuestas positivas. Estas ayudan a reducir la pobreza, promueven el crecimiento económico sostenible y aumentan la resistencia a largo plazo de las comunidades frente a los desafíos actuales y futuros.
Salud y desafíos conexos
Los proyectos del Fondo Fiduciario han tenido en cuenta los efectos combinados de factores como la pobreza, el desplazamiento, la violencia, el medio ambiente y una infraestructura de servicios y saneamiento deficiente en la situación sanitaria de los más vulnerables.

Enseñanzas aprendidas:
         • Mediante la promoción de un análisis multidimensional, el enfoque de seguridad humana pone de relieve el grupo específico de factores que contribuyen a la mala salud. Ello contribuye a reforzar el desarrollo de respuestas sectoriales integradas y aprovecha las ventajas comparativas de los diferentes agentes hacia respuestas más focalizadas, eficientes y eficaces en función de los costos.
         • Las medidas de protección tienen como objetivo prevenir, supervisar y prever las amenazas relacionadas con la salud mediante la elaboración de mecanismos de alerta temprana y respuesta, así como el fortalecimiento de la preparación para determinar, verificar y controlar los problemas sanitarios.
         • Las medidas de empoderamiento se centran en la mejora de los sistemas de atención de la salud, la capacitación de los profesionales sanitarios y la educación y movilización de la opinión pública, así como la elaboración de planes locales de seguro médico que lleguen a las personas más vulnerables.
La evolución de las amenazas, en particular durante el último decenio, ha modificado considerablemente nuestra manera de entender las situaciones de inseguridad. Desde el final de la guerra fría, hemos presenciado cómo la vida de millones de personas se ha visto amenazada no solo por la guerra internacional y los conflictos internos sino también por una pobreza crónica y persistente, los desastres relacionados con el clima, la delincuencia organizada, la trata de personas, las pandemias sanitarias y las crisis económicas y financieras inesperadas.
Esos desafíos, antiguos y nuevos, representan una grave amenaza para la vida y medios de subsistencia de millones de personas de todo el mundo. Si bien la seguridad nacional continúa siendo imprescindible para la paz y la estabilidad, el impacto de los desafíos complejos y multidimensionales de la actualidad revela nuestras vulnerabilidades compartidas frente a un riesgo creciente de amenazas de alcance generalizado e intersectorial. Las amenazas actuales, sean debidas a factores internos o externos, ponen más de relieve que las situaciones de inseguridad pueden propagarse rápidamente en el plano nacional e internacional y dar lugar a más crisis insolubles que, además de representar un desafío para las personas, muchas veces se convierten en amenazas para la seguridad nacional, regional e internacional.

Al mismo tiempo, las oportunidades para eliminar las inseguridades son ahora mayores que nunca. Gracias a la combinación sin precedentes de recursos y tecnología, contamos con los instrumentos, los conocimientos y los recursos para hacer progresos cuantificables hacia el logro de la seguridad humana. Para encauzar esas oportunidades, los responsables de la toma de decisiones y los profesionales deben reconocer que la garantía de la seguridad requiere un nuevo marco en el que la supervivencia, los medios de subsistencia y la dignidad de las personas constituyan la base para conseguir la paz, el desarrollo y el progreso humano en todos los niveles: local, nacional, regional e internacional.
¿Qué es la seguridad humana?
Como se señala en el párrafo 143 del Documento Final de la Cumbre Mundial 2005 (A/RES/60/1), titulado ‘Seguridad humana’, los Jefes de Estado y de Gobierno subrayaron “el derecho de las personas a vivir en libertad y con dignidad, libres de la pobreza y la desesperación” y reconocieron que “todas las personas, en particular las que son vulnerables, tienen derecho a vivir libres del temor y la miseria, a disponer de iguales oportunidades para disfrutar de todos sus derechos y a desarrollar plenamente su potencial humano”.

La seguridad humana tiene como objetivo garantizar la supervivencia, los medios de vida y la dignidad de todas las personas en respuesta a amenazas existentes e inminentes de alcance generalizado y transversal. Esas amenazas no afectan únicamente a quienes viven en la pobreza absoluta o en situaciones de conflicto. En la actualidad, las personas de todo el mundo, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, viven en diferentes situaciones de inseguridad. Esas amenazas representan un grave desafío tanto para los gobiernos como para las personas.
En consecuencia, el concepto de seguridad humana pone de relieve la universalidad y la interdependencia de un conjunto de derechos que son fundamentales para la vida humana: el derecho a una vida libre del temor y la miseria y el derecho a una vida digna. En consecuencia, el concepto pone de relieve la interrelación existente entre la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos y considera que estos son la base de la seguridad humana, y por lo tanto, de la seguridad nacional.
Asimismo, dado que las causas y manifestaciones de la inseguridad humana varían considerablemente de un país a otro y de una comunidad a otra, la seguridad humana refuerza la elaboración de soluciones enmarcadas en la realidad local y basadas en la implicación nacional. Por ello, la seguridad humana aumenta la capacidad de los gobiernos y las personas de desarrollar su potencial y vivir con dignidad, libres de la pobreza y la desesperación.

Dependencia de Seguridad Humana: La Dependencia de Seguridad Humana se estableció en mayo de 2004 en el seno de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios. Los objetivos de la Dependencia son los siguientes: Subrayar la importancia de la seguridad humana para todos: La Dependencia administra el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana contribuye a los debates en curso en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre seguridad humana.
Responder a diferentes situaciones de inseguridad humana: A través del Fondo Fiduciario, la Dependencia ayuda a traducir el concepto de seguridad humana en actividades concretas para mejorar la vida y medios de subsistencia de las personas que deben hacer frente a situaciones complejas y multidimensionales de inseguridad humana.

Elaborar instrumentos prácticos: La Dependencia elabora marcos e instrumentos para aplicar el concepto de seguridad humana en los programas y proyectos. Estos instrumentos prácticos son una guía detallada para la aplicación gradual de la seguridad humana en los proyectos y programas de las Naciones Unidas.
Divulgar las enseñanzas aprendidas y fomentar la colaboración: La Dependencia colabora con instituciones académicas, organizaciones intergubernamentales regionales, organizaciones no gubernamentales y comunitarias así como con fundaciones para fomentar iniciativas tangibles e innovadoras con el fin de promover la seguridad humana

Inicios escritos sobre seguridad
Vivir con seguridad es una necesidad básica, teniendo como objetivo la preservación de la vida y las posesiones, es tan antigua como la vida misma. Encontramos conceptos de seguridad en el inicio de la escritura. la evidencia escrita mas temprana de conceptos relacionados con la seguridad se encuentran en códigos legales, tales como el Sumerio (3.000 a.c.) Codigo de Ur-Nammu (Texto traducido mas adelante) o el Hammurabi (2.000 a.c.) (Texto traducido mas adelante)

Escritores y Escritos


Más tarde aparecen obras generalmente refiriéndose al arte de la guerra y el gobierno. La biblia, Homero, Sun Tzu, Cicerón, Virgilio, Cesar, Frontino, Suetonio Joseph, Vegetio, son ejemplos relevantes de obras de autores donde ciertas evidencias de temas de principios de seguridad son halladas.

 Evidencias de la Antigüedad
Otra evidencia puede ser encontrada en la arqueología y la antropología. Por ejemplo, podemos razonablemente asumir que la cultura y habilidades de seguridad son reconocibles en actuales culturas primitivas que son muy cercanas a las de nuestros ancestros. Como informan los antropólogos, las organizaciones sociales primitivas revelan un profundo conocimiento y sofisticada aplicación de los principios y funciones básicas de seguridad.

Desde su nacimiento, las personas son instruidas, vía tradición y entrenamiento, y/o vía imitación, en las habilidades para la seguridad. Los bebes son instruidos en no llorar en las proximidades de un enemigo, y son entrenados desde su infancia en reconocer y evitar peligros, a dar alarma, y a esconderse y refugiarse en caso de necesidad. Los jóvenes físicamente fuertes y a veces las mujeres son requeridos para mantener firmes, guardar, mantener y defender barreras físicas.

Los asentamientos son reforzados con fuegos y primitivas empalizadas hechas de ramas espinosas, que son frecuentemente adornadas con las cabezas de enemigos muertos, signos mágicos y tabúes con el fin de incrementar el valor intimidatorio. Pueblos primitivos domesticaron animales para obtener alarma y soporte, para reaccionar organizadamente como equipo, de acuerdo con bien planeadas y ensayadas tácticas, cuando el combate era considerado inevitable, o cuando la potencial perdida fuera letal.
La evidencia de medidas de seguridad acompaña cada descubrimiento arqueológico. Cerraduras, puertas fuertes, ventanas selladas, trampas, cajas fuertes, sistemas de alarma, barreras físicas y escudos, son conocidas y usadas desde el principio de la civilización.

La mas antigua cerradura data de 4.000 ac, y fue encontrada en el palacio de Sargon, Khosabad, cerca de Niniveh. En el mismo periodo, el dibujo de una cerradura fue realizado en el templo de Karnah, en el valle del Nilo. En el 1.000 ac, el dios egipcio Anubi fue representado con la llave en su mano derecha. La caja fuerte ,as antigua conocida fue encontrada en Pompeya y data en el Ilac; realizada de madera con bandas de hierro, tiene una mecánica muy sofisticada. Es muy similar en su concepción, a las cajas utilizadas hasta el siglo pasado.

De acuerdo con la evidencia anterior,, no existe duda de que los conceptos de alerta, evitar, detectar, alarmar y reaccionar con ta viejos como la vida misma, siendo una parte esencial de la pugna diaria por la vida, y están fundados en el instinto básico de supervivencia.
Primitivos seres humanos estaban ciertamente alerta sobre los peligros, y antes de que métodos defensivos emergieran, solo podían reaccionar como los animales, intentando evitar las amenazas mas temidas, o eliminando su causa, dentro del bien conocido patrón de luchar o huir (Flight or Fight).

Los conceptos y principios de seguridad han seguido un patrón de evolución dentro de la organización social, desde la familia al clan / banda, tribu, reino y estado. Muy pronto fue claro que los grupos eran menos vulnerables a las amenazas que las personas individuales: proveían una disuasión / intimidación por su mero número, hicieron posible la organización de centinelas y guardias, y facilitaron tácticas básicas defensivas.

La institución de la familia y el descubrimiento de técnicas básicas de agricultura aportaron una importante limitación del fundamental principio del escape: la exigencia de defender la familia, la residencia y los medios de supervivencia (niños, reservas de comida, cosechas y porciones vitales de territorio) de animales y enemigos.

Con el objetivo de preservar su margen de supervivencia, las personas limitadas en su posibilidad de escapar tuvieron que concebir una manera de resolver la nueva desfavorable ecuación de "Luchar o Huir". Esto fue conseguido al poner en la balanza su elemento negativo (Limitación de Movimiento y Espacio) con algunos factores de eficiencia, sobre todo aquellos de organización y de "Terrencia" (intimidación y disuasión). Los seres humanos aprendieron rápidamente que la mera existencia de medidas de protección eran frecuentemente suficientes para descorazonar a los adversarios con intensiones agresivas. Dolorosas experiencias enseñaron a los atacantes que buscaban penetrar las organizadas defensas que las perdidas eran a menudo inaceptables y frecuentemente fueron disuadidos de nuevos ataques.

Probablemente el próximo paso en la evolución de la seguridad fue la emergencia de la especialización, primero por la división entre seguridad interna y seguridad externa, y después entre la seguridad privada y publica. Con la aparición del estado y la confianza de su defensa a un organizado ejercito, la responsabilidad de la seguridad interna se reveló gradualmente de la fuerza militar a la fuerza civil.

La seguridad externa (por ejemplo, aquella preocupada por la amenaza de otros estados) no fue identificada con la paz, sino con la improbabilidad de la guerra. Esto debía ser obtenido a través de la diplomacia, y particularmente alcanzando la superioridad militar sobre posible enemigos. Entre muchos casos, la aproximación de los estados de la seguridad externa estaba basada mas en un principio de intimidación y disuasión ("Si vis pacem Para bellum") que en aquellos de alianza y cooperación.

Guerra, ataques preventivos, retribución militar, intercambio de prisioneros, eran los medios usuales para asegurar la paz y la seguridad. Esto también podía ser conseguido por medio de la sumisión y las alianzas eran descartadas, impracticables, poco fiables o inaceptables, y la "deterrencia" era insuficiente, entonces el atajo de la seguridad externa era muy simple, "Pax Romana": es una expresión en latín utilizada para referirse al largo periodo de estabilidad que vivió el Imperio romano, caracterizado tanto por su calma interior como por su seguridad exterior, como la paz a través de la aniquilación física del enemigo. La continua exhortación del Catón al senado romano "Delante Carthago", es un ejemplo.
La evidencia literaria citada y la historia general indican que en el mundo antiguo la seguridad publica estaba básicamente basada en la seguridad interna.
Ambas eran principalmente consideradas por los legisladores por el rol que podían jugar en la estabilidad de los gobiernos, esto es, en su propia seguridad. Parece que los términos de la moderna seguridad publica (Como una responsabilidad de lo publico para los ciudadanos; así como un instrumento de gobierno) emerge únicamente cuando la complejidad del estado y las demandas de los ciudadanos obligaron a los legisladores a interesarse.

Una posible explicación es que la seguridad fue generalmente interpretada a través de los siglos mas bien un bien privado que publico. Esto tiene mas tarde un interesante discusión sobre la utilizada de la seguridad. La interpretación de la seguridad como un bien publico (Y no como la propia de los legisladores, o la de su paz) parece solamente haber aparecido a la luz con el advenimiento de la democracia en Atenas y Roma, después de los siglos de olvido, en las ciudades estado del renacimiento y en el así llamado Estado Moderno.

La distinción aristotélica entre diferentes formas de gobierno (tiranía, oligarquía y democracia) puede ser traducida de diferentes maneras, de interpretar la seguridad publica. Esto estuvo fuertemente relacionado e la seguridad de los legisladores y la seguridad interna.

La aproximación del estado a la seguridad interna (p.e. aquella preocupada con las amenazas contra la institución del estado) estaba principalmente basada en el principio de "deterrencia" a través de feroces sanciones. En el Fedòn de Platón, la noción ateniense de seguridad parece incluir la protección contra los malos ejemplos, la impiedad y .....los filósofos. En nombre de la seguridad publica Sòcrates fue sentenciado a muerte por la asamblea ateniense en el 399 ac. La seguridad publica era rudimentaria (parece que el concepto de investigación nació en la Roma Imperial) y basada en los mismos principios. Las disputas privadas eran generalmente resueltas por un arbitraje y de acuerdo con los principios de proporcionalidad y compensación. Los asuntos domésticos estaban bajo las normas de cabeza de familia, las cuales incluían el poder de sentenciar a muerte a miembros de la misma y a esclavos.

La primera evidencia de una cultura y organización en seguridad madura aparece en el examen de los documentos y en la arqueología de la Roma Imperial y Republicana. En la administración romana los cives (ciudadanos) no eran considerados actores, pero si participantes y propietarios de las Rez Publica (el estado). Disciplina publica (seguridad publica, en el sentido del reforzamiento de la ley y el orden) fue descrita en un detallado cuerpo de leyes y edictos, derivados de las Xii Tabulae (Doce Tablas, 500ac) y mas tarde recogidas en el Corpus Iuris Iustineaneus o Código de Justiniano. Datos policiales eran recogidos, y una ley especial, Lex Julia de Vi Publica, fue designada con el fin de controlar el ejercicio de la autoridad y prevenir su abuso. Securitas Publica, en el sentido de "safety" o inmunidad del estado, adquirió una prominencia política y se plasmo en emblemas y monedas.

Agencias y cuerpos organizados, cuyas funciones eran similares a sus equivalentes modernos, garantizaban la seguridad publica. Preator Urbanus, Aediles, Censores, Praefecti, Tresviri Capitales (magistrados con diferentes responsabilidades), Delatores (espías), Cohortes Urbanas (policía ciudadana), Lictores (policía militar), Vigiles (vigilantes nocturnos y bomberos), Annonarios (policía de aduana y administrativa) reforzaban la ley en territorios urbanos y rurales. La protección de las costas y el trafico naval contra la piratería fue asegurada por una potente flota, que procedió a la britanica "ruling the wavs" que envolvían al Imperio.  Sin embargo, ni incluso tal escudo gubernativo, sin precedentes en la antigüedad, pudo proveer a los ciudadanos de una completa seguridad. Pruebas pueden ser encontradas en Plaut, Ciceron (este ultimo, sin embargo, aplaudía el asesinato cuando convenía a sus propios intereses) y Dio, quien escribió sobre la votación del senado en el 32 dc, en la que se decidió que los senadores debían ser controlados para localizar dagas escondidas. El uso de guardias de seguridad y guardaespaldas/esclavos de confianza, soldados retirados y gladiadores), perros de guardia, cajas fuertes, cerraduras y barrotes, y el recurso a organizaciones privadas tales como la confraternidad de "trivia" crearon las bases de la seguridad privada en la antigua Roma de forma notablemente similar a la de tiempos contemporáneos.

La caída del Imperio Romano trajo un periodo de inestabilidad política a las civilizaciones occidentales, la cual llego hasta la Edad Media. El estado de guerra endémico entre ciudades y distritos, agravado por plagas, pestilencias y la ignorancia, hizo de la seguridad un importante problema de la vida diaria. Donde las carreteras estaban abandonadas, bandas de forajidos campearon, y la seguridad no pudo ser mantenida en áreas rurales. Tanto dentro y fuera de las ciudades, la seguridad se convirtió en un asunto semi-militar, relacionado con el armamento, blindaje, defensas físicas y sanciones salvajes, La seguridad publica se convirtió en una especie de asunto personal del jefe social, quien actuaba a la vez de legislador, juez, guardia y verdugo. Se confino a las leyes rudimentarias y edictos, y y principalmente confiada a vigilantes nocturnos, muros, puentes levadizos y fosos de agua. Esencialmente a la habilidad de las personas de cuidarse a si mismas. En estas condiciones, la seguridad privada fue confiada a defensas físicas, a la habilidad de crear milicias privadas, a la fuerza de la familia y su habilidad de manejar armas.

Esta existencia parroquial cambio con las Cruzadas, que abrieron carreteras y mentes. El advenimiento de esta era comercial hizo renacer antiguos problemas de seguridad (la protección del transporte y almacenaje de grandes cantidades de bienes contra ladrones y piratas). Estos problemas habían sido casi solucionados en el pasado por potentes gobiernos anteriores, como el Romano. Las flotas del Cesar y Pompeyo habían exterminado a los piratas y llamaron al mar Mediterráneo "Mare Nostrum". Tales soluciones no fueron disponibles por sus sucesores, debido a la fragmentación, beligerancia e intrínseca  debilidad de los estados. Estos fueron restringidos a sus propios territorios. Ningún estado pudo permitirse los medios para controlar las rutas marítimas y rurales. En la ausencia de fuerza gubernamental, la seguridad publica y comercial tuvo que ser reconsiderada por aquellos involucrados.

El recurso tradicional a la prevención, protección, alarma e intervención se probó in-adecuadamente contra bandas armadas, las cuales tenían un entrenamiento militar y en ocasiones estaban formadas por cientos de hombres. En tales circunstancias, ninguna organización privada ni poder publico podía permitirse el costo de medidas efectivas de seguridad. En adelante, una aproximación diferente fue requerida. Se encontraron nuevas soluciones por parte de los gremios medievales, relacionados con el aseguramiento privado, y reforzadas por el establecimiento de responsabilidad colectiva por compensación, de la que existen evidencias en edictos medievales.
El concepto de reducción de perdida (y/o transferencia) fue adoptada en seguridad. este principio se origino por los problemas privados y fue principalmente solucionado a través de iniciativas privadas. Se sostiene que constituye el primer principio moderno de seguridad, y también marcada emergencia de un concepto comercial de seguridad. La seguridad publica todavía permanecía como "Ley del Rey", y era mas a menuda una amenaza que un escudo para los súbditos. Un intento de limitar el abuso de poder fue echo en Inglaterra con la Magna Carta (1215). El filosofo escolástico Aquino (1225-74) llego a justificar la rebelión popular contra la tiranía y a afirmar que la constitución de una comunidad debía ser determinada por sus gentes. Sin embargo, esto fue considerado utópico (Los hombres no son Ángeles), y una serie de desordenes y guerras civiles internas sugirieron la necesidad de una "mano dura". Filósofos políticos como Maquiavleo (1469-1527) y Hobbes (1588-1679) dieron al príncipe tanto el principio de que el poder es "justo ipso facto" de conseguir y mantener el poder a través de la maldad y el despotismo, para "mantenerlos asustados". Ambos, sin embargo, reconocieron que la soberanía nunca debía actuar injustamente, siendo obligados por la Ley de la Naturaleza y por el momento de rendir cuentas a Dios. 

Desde el siglo los descubrimientos científicos y la extensión del conocimiento resultante de la invención de la imprenta han traído nuevas contribuciones a la cultura de seguridad. Laplace y sus principios de probabilidad, Bayes y su teorema de la predicción, las teorías de Gauss y Kolmogorov sobre la medición, han dado una base mas científica tanto al concepto de reducción de perdida como a la predicción de daños y fallos dentro de un sistema, incluyendo un sistema de seguridad. El trabajo de los cerrajeros dio un nuevo impulso a la seguridad privada y domestica, hasta el punto que fue reconocida como de valor científico y considerada "el arte de los reyes"

¿Cómo delinear estrategias eficaces contra la delincuencia? 

Conocer el fenómeno criminal
La información periodística en materia de criminalidad presenta al lector una serie de sucesos que resultan difíciles digerir. Este no sabe en que medida  la violencia que se describe ante los ojos es generalizada o forma parte de situaciones aisladas. Por ejemplo, ¿Son fidedignas las informaciones oficiales sobre criminalidad? ¿El echo de que las personas indiquen que el delito constituye una de sus principales preocupaciones cotidianas es reflejo de su experiencia personal, o mas bien del conocimiento que adquieren dimensiones sobre la experiencia de otros? Estas dudas, ciertamente razonables, adquieren dimensiones aun mayores cuando el tema pasa a ser de las políticas destinadas a reducir el crimen. 

Aquí los diagnostico recorren toda la gama y pueden ser especialmente confusos. Hay quienes suponen que la ocurrencia del crimen se debe a la falta de voluntad de las autoridades para enfrentarlo: si estas tuvieran el coraje necesario para tomar medidas mas duras, se dice, el problema seria bastante menor y en plazo bastante breve podría redimirse. Se las acusa de negligencia, debilidad o apego excesivo a las normas legales. Por otra parte, están los que asumen en el extremo opuesto que la única manera de enfrentar el problema de la violencia criminal radica en solucionar las causas sociales ultimas del fenómeno, que encuentra raíz en la pobreza y en la desigualdad de ingresos oportunidades sociales. 

La investigación académica internacional y la documentación de experiencias internacionales permiten contestar en parte esas interrogantes. Conocer con exactitud la frecuencia con la que se cometen hechos criminales es extremadamente difícil, aunque es posible acercarse a esa realidad mediante el adecuado análisis de distintas fuentes de datos. Las percepciones sobre la violencia tienen una relación indirecta con la realidad de ella. Así, en general los adultos mayores y las mujeres tienen mayor temor al crimen, aunque en general corren menos riesgo que los jóvenes. Así también, muchas encuestas demuestran que las personas consideran mas seguro su vecindario que la comuna o la ciudad que habitan. 

La realidad es que sabemos menos de lo que necesitamos para decidir como ciudadanos respecto de las políticas mas apropiadas para gozar de mayor seguridad. Las estadísticas nos dicen que los robos con intimidación o violencia vienen aumentando con rapidez. Sin embargo, desconocemos cuan frecuentes son al interior de los robos con violencia los hechos que involucran gran violencia y cuales son sus efectos. Tampoco sabemos si la violencia que ejercen sus autores son producto del consumo de drogas o alcohol, o si es puramente instrumental y destinada a obtener un botín mayor. Por ultimo, es escaso el conocimiento existente respecto al grado de planificación que tienen esos robos y del proceso que lleva a la selección de blancos por parte de los malhechores. Si conociéramos esa información, podríamos diseñar políticas preventivas mas finas y efectivas. 

Allí donde se ha producido avances en la reducción dela violencia, estos se han fundado en gran parte en la producción de conocimiento respecto del fenómeno criminal y en la evaluación independiente y critica de las medidas adoptadas para enfrentarla. Muchas de las grandes innovaciones tácticas estratégicas contemporáneas provienen de asociación entre el mundo civil y las instituciones del sistema judicial criminal policías, jueces, fiscales, sistema carcelario. Cuando dicha asociación no existe, o no es suficientemente amplia, es la sociedad la que pierde. 

Durante años se pensó que el patrullaje policial de carácter aleatorio ofrecía las posibilidades mas eficientes para disuadir la comisión de hechos criminales. Estudios posteriores realizados en Estados Unidos, y en los que participaron académicos y policías demostraron sin embargo que el patrullaje que podría tener mejor y mayor impacto era el que se efectuaba preferentemente en los sectores de mayor concentración de hechos criminales. 

Esas investigaciones condujeron al desarrollo de mapas digitalizados, que ubican los lugares de mayor concentración de la criminalidad y que permiten que la policía y el publico determinen los patrones de criminalidad y evalúen el efecto de las acciones policiales. 


El desarrollo tecnológico así provocado puede así provocado puede tener efectos muy importantes para la asociación entre la policía y ciudadanos, ya que entrega una herramienta útil para que estos sean convocados a participar en la solución de sus problemas. Adicionalmente, constituye un avance sustantivo que permite una mejor supervisión por parte del mano policial de la eficiencia de la propia organización. 

El conocimiento de esa información por parte del gobierno central y los gobiernos locales permiten desarrollar políticas preventivas que van mas allá de lo meramente policial, incrementando las posibilidades de que el delito sea reducido. 
Por ultimo, el acceso a esta información por parte de los estudiosos permite que esta se integre a la criminología, a la ciencia política y a la administración publica, que sea sistematizada y que sirva para formar a futuros funcionarios públicos, policías y estudiosos. 

La importancia de la prevención del delito

Contra el delito hay dos alternativas: la prevención y la represión. Sin embargo, estas no se excluyen. Los últimos programas contra el delito implementados con eficacia en países como Inglaterra, Estados Unidos y Canadá aseguran que hay que combinar ambas estrategias. 

"Es mejor prevenir que curar", dice el sabio dicho popular. Y es cierto. Estos planes contra el delito que mencionábamos, aunque también incluyen medidas represivas para controlar el delito, enfatizan la importancia de la prevención. Pero esto no es tan sencillo: hay diferentes frentes contra los que se puede actuar desde esta perspectiva. Se puede prevenir para que potenciales ofensores no incurran en el camino del delito, o se puede prevenir para reducir las oportunidades circunstanciales de cometer actos delictivos por personas que ya son delincuentes. La primera es, por ejemplo, la senda elegida por los que combaten la droga, la pobreza, la marginación social, etc. Se supone que estas son las causas del delito, entonces se las enfrenta a través de la prevención social. La segunda alternativa incluye medidas tales como una mayor iluminación, la modificación del paisaje urbano para hacerlo las seguro, instalación de alarmas y equipos electrónicos de seguridad, etc. Se trata de la prevención situacional-ambiental. 

¿Tarea de quien?

Otra cuestión es de quien esta implicado en la tarea de prevenir. La respuesta es simple: todos somos responsables de evitar que sucedan hechos delictivos. No pasa lo mismo con la represión, que es un ámbito exclusivo del estado. De alguna manera, los ciudadanos pueden hacer algo para controlar la inseguridad. La forma mas sencilla, y que inconscientemente aplicamos en la vida cotidiana es la prevención situacional-ambiental. 

Individualmente, podemos lograr una mejor calidad de vida cambiando nuestra actitud de despiste por una de observación y alertas permanentes, Esto vale tanto para cuando estamos en casa como para cuando caminamos por la calle. No significa que debamos vivir con miedo, quiere decir que seamos precavidos. En casa, es importante verificar que la puerta se mantenga cerrada con llave permanente. Parece un consejo obvió, pero a veces pasan las cosas cuando menos lo pensamos. Recuerde que "la oportunidad hace al ladrón". Además, es buen recurso instalar alarmas, ya que tiene un gran poder de disuasión. Y cuando circulamos por la vía publica, lo mejor es evitar llevar objetos valiosos como alhajas; además, caminar siempre por lugares bien iluminados y no desolados y cuidar nuestras pertenencias en todo momento. 

Aparte de las que podemos tomar individualmente, hay otras medidas que no son tan frecuentes pero que son muy eficaces: la prevención comunitaria. Recientes experiencias indican que cuando los vecinos se cuidan entre si se reduce enormemente la vulnerabilidad al delito. En este sentido, las alarmas comunitarias han cobrado popularidad. Otras posibilidades son: redes telefónicas, observar horarios y zonas peligrosas, reuniones periódicas entre vecinos; etc. Lo importante de estas estrategias es que estén coordinadas con la policía del lugar. Una mejor comunicación entre los residentes del barrio y la comisaria facilita la tarea de la policía y tranquiliza a los vecinos. 

En conclusión, toda estrategia que pretenda controlar el delito debe incluir a la prevención como uno de sus pilares mas importantes. Y dentro de ella, debe prever tanto la intervención social dirigida a posibles delincuentes, como la prevención situacional para reducir oportunidades a los malhechores. 

La responsabilidad de prevenir es del estado, pero también de la ciudanía. Desde nuestro puesto, todos podemos hacer frente a la inseguridad. 
  









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