¿Para qué sirven los sistemas de videovigilancia?

Los sistemas de videovigilancia son una herramienta que permite identificar hechos desviados de la rutina y que por su naturaleza requieren de la atención de la oferta institucional dispuesta para esta tarea. Bajo esta lógica, el sistema permite prevención, reacción y atención inmediata a eventos de seguridad ciudadana, medio ambiente, emergencias, desastres, y eventos masivos,  acortando los tiempos de respuesta. El sistema en sí mismo es una respuesta a la preocupación de la sociedad frente a los riesgos inherentes a la vida urbana (Beck, 1998).

a. Atención a emergencias
El sistema de videovigilancia, genera información en tiempo real acerca de las zonas y/o hechos determinados, facilitando la identificación del lugar y naturaleza del evento. Esta información se traduce en mejores insumos para la toma de decisiones, en acciones más acertadas frente a las problemáticas y en menores tiempos de respuesta.

En la atención de emergencia estos sistemas juegan un rol tanto preventivo como reactivo y en esta medida buscan mitigar las perdidas y daños. En términos preventivos, pueden generar alertas acerca de eventos que ponen potencialmente en riesgo la seguridad pública. Lo anterior, a través de la identificación de vulnerabilidades potenciales, ante las cuales se puede desplegar de manera anticipada los servicios de atención a emergencias, con el fin de minimizar el impacto del evento; o pueden preparar con anterioridad a las agencias o equipos para atender la misma. En cuanto a su rol reactivo, los sistemas permiten tomar decisiones frente a la emergencia de manera centralizada y con información completa sobre la magnitud delos hechos.

El sistema de atención de emergencias integra múltiples agencias, tales como: la Policía, el cuerpo oficial de bomberos, la dirección de urgencias y emergencias en salud, y la agencia de gestión de riesgos naturales. La información proveniente del sistema permite de manera centralizada y de acuerdo a las problemáticas despachar servicios de distintas agencias de manera coordinada y por ende generando una respuesta más oportuna ante la contingencia. En este sentido, el sistema facilita la provisión eficaz de servicios por parte de las autoridades competentes, lo que se traduce en un mejor servicio para la comunidad.

En ciudades como Bogotá es una prioridad mantener el orden público durante eventos insignia, protestas, y aglomeraciones; resguardar la seguridad y el orden alrededor de lugares de interés público como monumentos, edificios estatales, y/o el sistema de transporte. El sistema de videovigilancia permite monitorear las demandas de estos eventos o equipamientos en términos de seguridad, movilidad, atención en salud, minimizando posibles situaciones en las que se comprometa la integridad de los individuos. Asimismo, las imágenes de videos permiten la identificación de grupos o individuos que representen un riesgo para la seguridad.

Finalmente, el sistema puede jugar un rol importante frente a la prestación de servicios públicos, como provisión de agua, recolección de basuras, alumbrado público y estado de las vías. Específicamente, las cámaras combinadas con la información recolectada a través de la línea de emergencias pueden conjugarse para generar un historial de las demandas comunitarias y con ellas generar el mapa de riesgos con el cual detectar la urgencia y pertinencia de cada uno de estos requerimientos.

b. Prevención del delito
Dentro de la literatura se consideran dos mecanismos a través de los cuales es posible disuadir el crimen. El primero es la incapacitación, ejemplo el encarcelamiento, de aquellos individuos que delinquen y el segundo es la disuasión (Kessler et al, 1999). La ventaja que tiene éste último, es que tiene lugar antes de que el delito sea cometido y por tanto evita incurrir en el costo asociado al uso del sistema judicial para procesar a los criminales.

La literatura señala a las cámaras de videovigilancia principalmente como un instrumento que puede ser disuasivo, dado que su presencia incrementa la probabilidad de que el delincuente sea atrapado por parte de las autoridades.

3 La evidencia empírica es inconclusa acerca del efecto directo e indirecto4 de las cámaras sobre el crimen. Algunos resultados apuntan a que las cámaras producen una reducción pequeña pero estadísticamente significativa, sobre el crimen, sin embargo dichos efectos en buena parte se encuentran asociados a:

 El tipo de crímenes tomados en consideración. Algunos documentos muestran mejores resultados sobre el crimen a la propiedad que sobre los violentos(Hayes y Dows (2011); King et al (2008); y Gomez et al (2017)); otros documentos no muestran impacto alguno (La Vigne y Lowry, 2011).

 El entorno sobre el cual se evalué, por ejemplo, alrededor de estadios, parqueaderos, estaciones de metro (Hayes and Dows (2011); Priks (2015); La Vigne y Lowry (2011)).

 El grado de integración del sistema de videovigilancia con la Policía. Gill y Loveday (2003), a  ravés de entrevistas a presos evalúan su percepción frente a las cámaras y cómo estas influencian su decisión de cometer o no un delito. Los autores encuentran que los delincuentes, en general, no son disuadidos por la presencia de cámaras porque las alertas generadas a través de éstas no garantizan una respuesta policial suficientemente ágil. Esta percepción cambia una vez se toma en cuenta solamente el grupo de personas que fue arrestado o condenado haciendo uso de las cámaras. El cambio en la percepción se debe a la combinación entre la cámara y la capacidad de reacción de la policía frente a las alertas emitidas por ésta.

En cuanto a los efectos indirectos de las cámaras de videovigilancia autores como La Vigne y Lowry (2011), King et al (2008), Priks (2014) y Gomez et al (2017) muestran que no hay evidencia de desplazamiento o difusión de beneficios; Priks (2015) y Munyo y Rossi (2016) encuentra que hay desplazamiento del crimen hacia lugares sin cámaras y estos últimos también reportan que hubo reducciones del crimen en los segmentos contiguos a los monitoreados.

3 La teoría económica sugiere que los delincuentes se comportan de manera racional. Becker (1968) y Ehrlich (1973), en sus modelos, muestran que los individuos solo incurren en actividades delictivas cuando el beneficio esperado de cometer un crimen es mayor al costo esperado del mismo.

4 El efecto indirecto se refiere a la difusión de beneficios o desplazamiento del crimen que puede generar los lugares aledaños a la instalación de una cámara. La razón más directa para que no exista consenso sobre el impacto de los sistema de videovigilancia sobre el crimen, radica en que la asignación de las cámaras está directamente correlacionada con el crimen, lo que hace más probable concluir, posiblemente de manera equivocada, que las cámaras generan mayores niveles de crimen. 

Esto se conoce como el problema de endogeneidad, y por su naturaleza es un reto a la hora de determinar la relación verdadera entre la instalación de cámaras y su efecto sobre el crimen. Una manera de superar dicho problema es a través de diseños experimentales o cuasi-experimentales.

Los métodos experimentales, implican la instalación aleatoria de la cámara dentro de un grupo de intersecciones elegibles. Dado que en algunas intersecciones se instalan y en otras no, se conforman dos grupos de intersecciones, uno de control (sin cámaras) y otro de tratamiento (con cámaras), que, debido a la asignación aleatoria, son estadísticamente idénticos en sus características, excepto por la instalación del dispositivo de videovigilancia. Esta aproximación crea un experimento que permite establecer una relación causal entre la instalación de cámaras y el crimen, pero tiene varios retos. Por un lado, es políticamente difícil de ejecutar y por el otro la asignación final del dispositivo no solo responde a los criterios establecidos dentro del diseño experimental sino a factores técnicos que se hacen visibles durante las visitas de campo y que pueden hacer que el grupo de control y el tratamiento no sean idénticos, pierdan comparabilidad y por tanto impedir que se identifique un efecto causal.

En el caso de los métodos cuasi-experimentales es necesario encontrar una asignación, no correlacionada con el crimen, que se comporte como si fuera experimental (aleatoria) a pesar de no haber sido pre-diseñada. En general, los documentos que se encuentran en la literatura están hechos dentro de este marco, pero cada uno de ellos enfrenta cuestionamientos acerca de su capacidad para identificar el efecto causal de las cámaras de videovigilancia sobre el crimen.

c. Investigación criminal
Las cámaras de videovigilancia son un instrumento que resulta útil para la investigación criminal, en la medidaque pueden proveer material probatorio que permite iniciar acciones judiciales contra quienes cometen crímenes, y por tanto incrementar la probabilidad de ser castigado por el hecho.

En principio las investigaciones criminales buscan resolver preguntas como: qué ocurrió, quién estuvo envuelto en la situación, dónde, cuándo, cómo y por qué se dio el suceso (Cook et al, 2016 y Stelfox 2009). Los sistemas de videovigilancia pueden proveer información valiosa acerca del qué y el quién (La Vigne et al 2011).

Un video en principio permite:
 Reconstruir el incidente, la secuencia de los eventos, métodos usados, salidas usadas por el ofensor etc.
 Corroborar o desmentir evidencia presentada por las partes
 Contextualizar otras evidencias

Aunque la evidencia empírica es limitada a este respecto, Ditton y Short (1998) encuentran que dos años después de la instalación de las cámaras en un pueblo de Escocia la proporción de crímenes resueltos se incrementó del 50% al 85%. Sin embargo, se desconoce si estos cambios son estadísticamente significativos o si la diferencia se encuentra asociada a cierto tipo de delitos. Well et al (2006), muestra que en dos suburbios australianos las cámaras de videovigilancia permitieron un incremento pequeño de capturas en flagrancia, pero no profundiza en el uso de los videos dentro de la investigación criminal.

Bulwa y Stannard (2007) encuentran que, para un periodo de dos años en la ciudad de San Francisco las cámaras permitieron abrir caminos a la investigación en 7 de 33 delitos violentos cometidos en puntos calientes de la ciudad. Edwards (2009), muestra que 86 de 90 investigaciones por homicidio se hizo uso de los videos recogidos por el sistema y de acuerdo con las declaraciones de la policía esta información resultó de vital importancia en 65 casos. Levesley y Martin (2005) encuestan a oficiales británicos con el propósito de indagar sobre la utilidad del sistema de vigilancia en la investigación criminal y estos fueron catalogados como útiles para dicho propósito.

Más recientemente, Asbhy (2017) usando información del sistema de videovigilancia, del sistema de trenes recopilado por la Policía de Tránsito del Reino Unido, trata de establecer, por un lado, qué tan frecuentemente las cámaras proveen evidencia útil para la investigación criminal; y en qué circunstancias el sistema resulta ser más útil para dicho fin. Sus resultados muestran que los videos son usados generalmente dentro de la investigación, en promedio, 14.478 investigaciones usaron videos para su resolución
5. Adicionalmente muestra que la disponibilidad y uso del material de video está asociado a incrementos substanciales en la probabilidad de que un hecho delictivo sea resuelto.

Es importante distinguir entre disponibilidad y uso, por ejemplo, en Estocolmo se encontró que tan solo en 20% de los casos, para los que estaba disponible la grabación, los investigadores hicieron uso de las mismas (Marklund y Holmberg, 2009). En este sentido, las autoridades deben tener en cuenta dentro de la investigación la información recogida por los dispositivos de video vigilancia y tomarse un tiempo razonable para estudiar la evidencia que de estos se desprende.

La información disponible muestra que no existe consenso sobre el uso de los sistemas de videovigilancia en la investigación criminal y cómo éste puede variar dependiendo del tipo de crimen y/o circunstancia.
d. Mejoramiento de la Percepción de Seguridad
En términos de mejoramiento de la percepción de seguridad, la evidencia ha mostrado resultados mixtos.

Honess y Charman (1992), y Gill and Spriggs (2005) encuentran que en general los individuos tienen una actitud positiva frente a la instalación de cámaras porque las perciben como un mecanismo para contrarrestar el crimen. Esta mejora en la percepción se encuentra asociada a determinados lugares, por ejemplo, aquellos 5 Se encuentran dentro de los delitos resueltos hurto a vehículos, delitos sexuales, y hurto a personas en los que las personas regularmente se sienten más solas o con altos niveles de criminalidad. La percepción puede mejorar incluso en el escenario en el que la instalación de los dispositivos no logre tener un efecto sobre el crimen Blixt (2003).

Los medios de comunicación han jugado un rol importante en la aceptación de los sistemas de videovigilancia en el mundo. Algunas experiencias muestran que los gobiernos han tratado de mantener al tanto a los medios acerca del desarrollo del sistema y ellos por su parte se han encargado de mostrar cómo las cámaras contribuyen a la resolución de eventos criminales relevantes. Según MacCahill y Norris (2002) buena parte de la percepción positiva de la ciudadanía frente a los sistemas de videovigilancia surge con su divulgación a través de los medios.
Por otro lado, Ditton (2000) muestra que el impacto de dichos dispositivos varía de acuerdo al contexto y se ven influenciados por la socio-demografía del lugar. En este sentido las cámaras no siempre reducen la percepción de inseguridad, sino que pueden actuar como un símbolo que alerta a la población sobre los peligros en el área. Gill and Spriggs (2005) encuentran que aquellas personas que conocen acerca de la instalación de cámaras también manifestaron percibir un riesgo mayor de seguridad con respecto a aquellos que no. Un escenario adicional que puede ocurrir es que en la medida en que el público se familiariza más con las cámaras y tiene mayor entendimiento sobre su capacidad para reducir el crimen las expectativas se reajustan.

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