Hoy nos enfrentamos a la segunda pandemia más grande en la historia y esta no será la primera vez que el mundo cambie para siempre después de la enfermedad.
En una entrevista concedida para Architectural Digest el fundador del estudio de diseño y urbanismo neoyorquino encargado de varios aeropuertos y hospitales en todo el mundo, ICRAVE, Lionel Ohayon, aseguró que los espacios laborales estaban pasando por un punto de declive inclusive antes del virus.
El teletrabajo y el rediseño de cubículos laborales y lugares abiertos se habían replanteado por otros más cerrados y personales porque ya la tecnología estaba haciendo de las suyas desde hace un tiempo llevándonos a limitar nuestro contacto social. “En las ciudades más populares, la gente usa más papel, los bienes raíces comerciales están en auge mientras que el comercio minorista está devastado. Todo esto se probará a medida que nos veamos obligados a trabajar separados. Si el trabajo virtual es exitoso, si de hecho somos más productivos, cambiará fundamentalmente la propuesta de valor del espacio de trabajo compartido. No todos quieren estar en un gran parque social”.
Sin embargo este no es el único cambio que habrá. Los lugares públicos tendrán que adaptarse los próximos meses para evitar el contacto físico y mitigar el contagio. La tecnología se encargará de todas aquellas cosas que en algún momento fueron monitoreadas y controladas por alguien y a su vez, evitaremos el contacto con varias superficies portadoras de virus y bacterias. Las aplicaciones por voz liderarán el cambio.
Se encargaran de abrirnos puertas, inclusive de ascensores, buscar una película en Netflix, hacer funcionar varios electrodomésticos y hasta los aeropuertos o centros de entretenimiento tendrán control de temperatura automatizado. Por su parte, los hoteles o lugares en constante movimiento de turistas o extranjeros se adaptarán para ser más privados inclusive en lugares de encuentro como el lobby o los ascensores, en los cuales se limitará el paso o contacto de varias personas al mismo tiempo y los duchas y lavamanos serán automáticos.
El diseño, el urbanismo y la arquitectura abrirá a nuestro paso un mundo más individual, digital y menos cálido. “Los baños con puerta en los espacios públicos es probable que sean eliminados, siempre que sea posible. Los diseñadores recurrirán cada vez más a telas y acabados antibacterianos, incluidos los que ya existen, como el cobre, y los que inevitablemente se desarrollarán” señaló para AD, Craig Scully, socio e ingeniero jefe de la firma de diseño Fort Wayne en Indiana y quien ha realizado varias renovaciones mecánicas y eléctricas a varios edificios en los Estados Unidos. “Sin embargo, lo más importante que saldrá a la luz durante esto, es la incapacidad de los hospitales para acomodar la cantidad de personas enfermas”, dice Scully. “Por lo tanto, puede ver, desde la perspectiva del diseño, la capacidad de hacer que una habitación de pacientes normal sea más flexible para aumentar la capacidad o convertirse fácilmente en una UCI”.
Aunque el futuro es incierto no hay duda que los próximos meses una nueva vida nos espera afuera. Los primeros en adaptarse serán los lugares públicos, los encargados de darnos las instrucciones para que tiempo después podamos cambiar nuestra casa.
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