Niños expuestos a violencia


Educar a los niños de hoy, en cuanto a temas de prevención, permitirá que vivan en un mejor mañana. Conoce y participa difundiéndo estas propuestas.
El fenómeno de la inseguridad ha generado un malestar generalizado en la sociedad que, de acuerdo al nivel de exposición de cada individuo, produce sensaciones y sentimientos distintos en torno a hechos violentos o al miedo de ser afectado o victimizado por vez primera o de forma reiterada.

En ese sentido, cuando un menor resulta afectado de manera directa por un hecho violento, podrían notarse en él heridas visibles, no obstante, un niño puede sufrir "heridas invisibles" por afectaciones emocionales y psicológicas que es preciso aprender a identificar pero, sobre todo, prevenir.

Los niños tienen una percepción distinta a la de los adultos, respecto de un hecho violento y su reacción, que puede ir desde la tristeza, enojo, ansiedad o temor, hasta la indiferencia o incluso manifestarse tiempo después con problemas en su desempeño escolar, sus relaciones interpersonales, al fumar o consumir drogas, así como manifestar malestares físicos, pero que dependen de diversos factores:

Lo sucedido.
La edad del niño.
La sensación o creencia de lo que sucederá después.
La cercanía al evento violento.
La frecuencia y nivel de violencia al que está o estuvo expuesto.
La relación con la víctima y/o el autor de la violencia.

Si bien existen casos que ameritan ayuda profesional, es importante, como padres, el abordar el tema de la violencia con los niños para proteger su salud mental, ya sea que se trate de niños pequeños, en edad escolar o de adolescentes.

Es preciso reconocer que, ante la ola delincuencial y la gran difusión de los acontecimientos que realizan los medios, y ahora las redes sociales, donde los menores se ven expuestos a narraciones, fotografías y videos con un alto contenido de violencia, debemos, como adultos, intervenir a fin de prevenirles mediante 3 acciones fundamentales:

Diálogo.
Estableciendo una comunicación directa con los niños, dejando en primera instancia que sean ellos quienes manifiesten sus dudas o preocupaciones respecto de algo o alguien y ofreciéndoles apoyo, solidarizándose con sus sentimientos y, más allá de intentar proporcionarles una explicación o justificación de las cosas, que en muchos casos no existe, motivarlos a evitar el ser parte de los generadores de violencia.

Supervisión.
Supervisando el tipo de programas que los niños ven en la televisión y, en lo posible, limitando la cantidad de tiempo para informarse respecto de algún suceso violento.

Asimismo, estableciendo políticas respecto del uso de internet, con horarios definidos, motivándolos a visitar sitios educativos.

Evitando abandonar a los menores con juegos de videos que promueven la violencia.

Prevención.
Desarrollando en los menores la cultura de auto protección y fomentando en ellos el gusto por la lectura, el deporte, así como actividades estéticas y, participando de forma activa y constante junto con ellos, en programas de ayuda social y participación ciudadana.

Para conocer más al respecto, ponemos a tu disposición la Guía para Familias "Sanemos las heridas invisibles: niños expuestos a violencia", publicada por la Oficina de Justicia Juvenil y Prevención de la Violencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, donde podrás conocer a detalle las formas de abordar correctamente el tema con los menores.

Además, te recomendamos revisar los consejos de los Capítulos Seguridad para Niños y Seguridad para Adolescentes, del Manual de Seguridad.

Recuerda que, en la medida en la que eduquemos adecuadamente a los niños de hoy, podremos contar con jóvenes y adultos de bien el día de mañana.

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