Robo con engaño - Parte tres

En estacionamientos, al estar el auto en movimiento o a la espera de cambio de luces en los cruceros, los delincuentes aprovechan para engañarte. Estas 4 formas en que lo hacen te permitirán prevenirte.

Muchos de los robos de vehículos, sin violencia, son cometidos mediante engaños por delincuentes que han ingeniado diversos ardides y artimañas para despojar a los conductores de uno de sus bienes, si no el más preciado, para muchos el más necesario.

Entre algunos de los ingeniosos modus operandi se encuentran los siguientes:

Ruidos al arrancar el vehículo.

Amarran con cordones una cubeta o latas vacías en la parte posterior del vehículo y las ocultan debajo del mismo. El conductor, al arrancar su vehículo, escucha un ruido extraño y se detiene de inmediato. Desciende dejando la puerta abierta y el motor encendido.

Al distraerse el conductor, intentando retirar los objetos, aparece súbitamente el delincuente que se sube al vehículo y arranca a toda velocidad.

Algunas variantes de esta modalidad, consiste en dejar adheridos en el medallón trasero un papel que impide la visibilidad. De igual forma colocan en el limpiaparabrisas del copiloto alguna publicidad de tamaño considerable, un papel con un recado o incluso un billete.

Otros, adhieren con cinta una botella de plástico vacía a la llanta trasera del lado contrario al piloto, para hacerla sonar cada que la pisa el neumático.

Falsos valet parking.

Aprovechando las filas de vehículos que con frecuencia se forman afuera de lugares concurridos o donde se presenta algún espectáculo, delincuentes disfrazados de valet parking, reciben el vehículo de los asistentes, entregándoles, incluso, boletos del estacionamiento (falsficados) y dándose el lujo de cobrar “su servicio” por adelantado.

El conductor cae en cuenta del engaño y robo cuando, al final del evento, se percata que el lugar no contaba con ese servicio. Al reportar el robo a las autoridades, el vehículo se encuentra ya en posesión de compradores de vehículos robados o a cientos de kilómetros, en otro estado del país.

Alerta de fallos.

Al ir circulando en plena calle, el conductor es alertado por otra persona (generalmente una mujer para que confíe del aviso), quien desde la banqueta le hace señas con las manos para llamar su atención y señala la llanta trasera indicando, con gestos, que algo malo le está sucediendo al vehículo.

El conductor agradece el aviso y se detiene más adelante para verificar la falla. Los cómplices de la mujer, al acecho, esperan que el conductor descienda para robar el vehículo o asaltar a la persona.

Algunos pillos rocían, con una botella de plástico, aceite al motor de un vehículo estacionado a través de la parrilla. Esperan pacientemente a que llegue su víctima y arranque su vehículo. La siguen de cerca en una motocicleta. Cuando el motor se calienta, quema el aceite rociado y comienza a echar humo.

El conductor, al detenerse y descender del vehículo para verificar el fallo, es robado o despojado de su vehículo.

Alguna variantes consisten en colocar clavos especialmente diseñados para pinchar llantas, que son colocados al estar el vehículo estacionado o, bien, dejándolos sobre el camino, camuflados dentro de objetos o frutas (naranjas) que el conductor pisa sin remedio al pasar. Al detenerse es robado.

Choques y colisiones.

Un vehículo impacta por detrás a otro en un semáforo en alto. La persona, al descender para evaluar el daño, sufre el robo de su vehículo por una tercera persona que la amaga con un arma o aparece intempestivamente y se lo lleva.

De igual forma, una mujer conduciendo un vehículo, impacta lateralmente a otro de manera leve en un tráfico por la noche. La persona, al descender a evaluar el daño, es asaltada por cómplices que aparecen repentinamente.

Mantente alerta ante estos tipos de modus operandi y reacciona adecuadamente:

Si abordaste ya tu vehículo, no te bajes a retirar ninguna publicidad en ese momento, arranca y aléjate a toda velocidad. El delincuente puede estar al acecho.

Si escuchas algún sonido extraño al arrancar, comienza a echar humo o alguien te hace señas alertándote de algún supuesto fallo, considera que puedes estar siendo prospectado como una próxima víctima.

No te detengas y dirígete a un lugar seguro donde puedas, con ayuda de otros, verificar la situación. Al descender, apaga el motor y lleva contigo la llave.

Evita, en lo posible, el pasar las llantas de tu vehículo por encima de objetos, ya que pudieron haber sido colocados por delincuentes para pincharlas y obligarte a detenerte.

Si otro vehículo te choca, antes de descender, evalúa las circunstancias y observa a la persona. Si algo te da “mala espina” considera mejor el correr con el gasto del golpe, antes que correr el riesgo de que se trate de un engaño para robarte.

Si decides evaluar el daño, pide ayuda a la policía si tienes la suerte de tenerla cerca o indica a la persona que te siga a un lugar seguro para ambos.

 


Comentarios