Robo con engaño - Parte uno


Conocer las formas utilizadas por los criminales para robar mediante engaños, es algo que todos deberíamos hacer. Estos son 5 ejemplos de cómo lo hacen.

Muchos delincuentes buscan el lugar y momento idóneo que les ofrezca la oportunidad para atacar a sus víctimas, no obstante, algunos otros generan dicha oportunidad mediante engaños, para distraerlas y cometer diversos tipos de robos en distintos escenarios.

Entre algunas de las principales formas de engaño empleadas por los criminales, es importante conocer las siguientes para estar prevenidos:

1. Ropa manchada.

El delincuente, con un pañuelo o toalla desechable en mano, se aproxima a su víctima en la calle, indicándole que algo acaba de caer en su ropa y le ha manchado la espalda, al tiempo que comienza a “limpiarla”. La persona, un poco desconcertada, lamenta la situación y agradece el gesto. Para facilitar la maniobra, accede a la ayuda que se le presta para quitarse la gabardina o chamarra.

Al momento de estar “asistiendo” a la persona, el delincuente, sustrae de los bolsillos su cartera o cualquier objeto que encuentre. Algunos van preparados con pinzas o tijeras para cortar, robar su bolso y salir corriendo.

2. Información turística.

En cafeterías o restaurantes, el delincuente, en muchos casos una mujer, al observar que una persona coloca sobre la mesa su teléfono, lentes u objetos de valor, se aproxima a ella y despliega sorpresivamente, ante sus ojos, un mapa o publicidad turística sobre la mesa para preguntar por alguna dirección u ofrecer algún servicio o promoción turística.

Mientras la persona le da instrucciones o agradece la oferta indicando que no de su interés, el delincuente la roba, sin que la persona se dé cuenta por estar bloqueada de su vista con el folleto, alguna de sus pertenencias.

3. Derrame de bebidas.

En cafeterías, los delincuentes operan en bandas perfectamente organizadas y seleccionan como víctimas a personas que se encuentran en alguna mesa trabajando en su laptop. Un delincuente se sienta en una mesa junto a la víctima y el otro, generalmente una mujer, al pasar a un lado de la víctima, finge un tropiezo y derrama una bebida encima de la persona.

La persona se levanta desconcertada y un poco molesta, al tiempo que el delincuente se disculpa y apresta para ayudarle a limpiarse y la conmina a ir al baño ofreciéndole cuidar sus cosas. En la distracción o la ausencia de la persona, las pertenencias de la víctima son tomadas por el cómplice quien desaparece en un abrir y cerrar de ojos de la escena.

4. Ayuda y caídas.

En supermercados, delincuentes de baja estatura, generalmente mujeres, se aproximan a sus víctimas -igualmente mujeres- y piden ayuda para alcanzar algún producto en las repisas altas. Al ayudarles y extender sus brazos para alcanzar la cosa, el delincuente sustrae de su bolsa el monedero o cualquier objeto de valor que encuentre.

En algunas variables, el delincuente, generalmente una mujer, selecciona como víctima a otra mujer, que ha colocado su bolso en el carrito de supermercado. Se aproxima a ella y camina delante de su carrito. Intempestivamente se detiene y la persona choca con ella. El delincuente al ser “atropellado” finge una caída y la persona por reflejo corre a asistirla y disculparse. Mientras eso sucede, un cómplice sin problema, por estar distraída la persona, toma la bolsa y desaparece del lugar.

5. Distracciones diversas.

Habiendo seleccionado como su víctima a una persona que se encuentra esperando a alguien en los sillones o bancas de plazas comerciales y que tienen a su lado bolsas de compras, el delincuente se le aproxima y finge conocerla: “Hola, a ti te conozco, recuérdame tu nombre, ¿hace cuánto que no nos vemos?”. La persona intentando identificar a la persona se distrae y un cómplice del otro, roba sus compras.

Desconfía de personas que te aborden para ayudarte de alguna manera en circunstancias poco usuales, preguntarte cosas o decir que te conocen.

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