Abuso y fraude ocupacional ¿cómo denunciarlo?

Conoce sobre los niveles de este delito corporativo y evítale mediante programas de prevención.

El uso intencional del cargo que tiene un individuo dentro de una organización para lograr un enriquecimiento personal, mediante el uso indebido de bienes, información o recursos pertenecientes a la empresa donde labora, se denomina como fraude ocupacional y representa un grave problema para las organizaciones de todo tipo y tamaño a nivel global, donde ninguna se encuentra inmune.

De acuerdo con el Estudio Mundial de Fraude 2020 de ACFE (Report to the Nations - 2020 Global Study on Occupational Fraud and Abuse), se estima que las organizaciones pierden el 5% de sus ingresos anuales por fraude, lo cual representa pérdidas aproximadas de 3.6 billones (millones de millones) de dólares (USD), según datos obtenidos por la encuesta que fue levantada entre enero de 2018 y septiembre de 2019.

El daño, en promedio, es de $125 mil dólares (USD) y, en el 21% de los casos, implicó pérdidas de al menos un millón de dólares.

Los fraudes ocupacionales se clasifican en tres categorías básicas:

Apropiación indebida de activos.

Aunque la menos costosa, es la más común, pues se presenta en el 86% de los casos.

Corrupción.

Presenta una frecuencia del 43%, ubicando su nivel de afectación en segundo lugar.

Fraude en estados financieros.

Que no obstante de ser la menos común, pues se presenta en el 10% de los casos, es la más costosa.

35% de los casos involucran al menos dos de las tres categorías.

Fuente: Report to the Nations - 2020 Global Study on Occupational Fraud and Abuse.

El tiempo promedio que transcurre desde que un fraude se inicia hasta que es detectado, es de 14 meses. Más del 43% de los fraudes, se detectan por denuncias, emitidas en un 50% por empleados de la propia organización.

El 77% de los fraudes fueron cometidos por personal de los departamentos de contabilidad, operaciones, ventas, dirección ejecutiva o alta dirección, servicio al cliente, compras y finanzas.

La gran mayoría de los defraudadores fueron delincuentes por primera vez: 72% Hombres y 28% mujeres. El 86% nunca había sido sancionado ni despedido por conductas relacionadas con el fraude y trabajaban para sus contratantes, durante años, antes de comenzar a robar. El 53% se ubica en edades entre los 31 y 45 años.

Es importante resaltar que los defraudadores ocupacionales exhiben ciertos rasgos de comportamiento que representan señales de advertencia (banderas rojas): en el 85% de los casos, al menos una señal de alerta común habría sido identificada antes de haberse descubierto el fraude.

Por lo anterior, es preciso tomar cartas en el asunto, informándonos respecto del abuso y fraude ocupacional, a fin de implementar una estrategia correcta de prevención a través de controles y medidas específicas.

Fraude ocupacional: ¿cómo denunciarlo?

La mejor estrategia de prevención del fraude ocupacional, es estableciendo líneas de denuncia. Conoce al respecto.

El denominado fraude ocupacional, que considera principalmente la apropiación indebida de activos, la corrupción y el fraude en estados financieros, constituye un problema universal para las organizaciones, donde su tiempo de duración constituye un factor determinante ya que cuanto más dure un fraude, mayor será el daño económico que cause.

De ahí que cuanto antes sea detectado, menores serán las afectaciones para una organización. En consecuencia, el cómo hacerlo es la clave del asunto.

Los expertos señalan que del 100% de fraudes cometidos, únicamente un 10% de ellos es detectado, de ese 10% detectado, sólo un 10% es reportado, de ese 10% reportado únicamente un 10% es denunciado y de ese 10% denunciado, tan sólo un 10% es sentenciado. En conclusión, la efectividad al final es de tan sólo un 0.001%

Existen básicamente dos métodos de detección de fraudes:

Métodos de detección pasiva.

Tales como confesión, la notificación por las instituciones responsables de aplicar la ley, la auditoría externa o, simplemente, por accidente. Estos métodos tienden a tomar más tiempo para que se identifique y atienda el fraude, permitiendo así que las pérdidas aumenten.

Métodos de detección proactiva.

Líneas de denuncia anónima, procedimientos de revisión por la dirección, auditorías internas y mecanismos de vigilancia de empleados, resultan trascendentales para la detección oportuna de los fraudes y la consecuente limitación de las pérdidas.

De éstos últimos, las denuncias son, y por mucho, el método de detección más común de los fraudes ocupacionales. Prácticamente el 50% del origen de las denuncias provienen de los propios empleados de una organización, quienes son afectados por el fraude. Los clientes y proveedores contribuyen en denunciar un 33%; de manera anónima se reporta un 15% y el resto se da por parte de otras fuentes, así como de los mismos dueños y accionistas e incluso de competidores.

En ese sentido, y considerando que más que de la mitad de las denuncias involucran a personas distintas a los empleados, enfatiza la importancia de obtener denuncias de fuentes distintas.

Muchas organizaciones, debido a ello y dentro de sus políticas de denuncia, contemplan una línea de denuncia confidencial, interna y externa, para reportar sospechas de fraude.

Una línea de denuncia confidencial puede ser simplemente un buzón físico de denuncia o una contestadora de teléfono que grabe mensajes de denuncia con un sistema que las canalice a un departamento interno, no obstante, este método primario puede no resultar muy efectivo.

En la actualidad, existen sistemas telefónicos y mecanismos para denuncias online o por intranet, establecidos como parte de los programas de ética corporativa de las organizaciones, quienes de manera directa o a través de terceros, ofrecen este servicio que debe contemplar 3 aspectos fundamentales:

La confidencialidad e integridad absoluta del denunciante y del sistema.

El alcance y acceso adecuado.

El seguimiento puntual de toda denuncia recibida.

Una vez establecida la línea de denuncia se debe, constantemente, promover su uso adecuado para denunciar, además de fraudes, cualquier situación que ponga en riesgo a la organización y sus colaboradores.

Protege a tu organización, promueve el establecimiento de una línea de denuncia anónima y un programa de comunicación y educación eficaz.

 

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