La cultura de legalidad implica contar con ciudadanía que simpatiza con cumplir la ley. Conoce 4 aspectos que influyen al implementarla.
Ante la alta incidencia delictiva y los altos niveles de corrupción e impunidad que prevalecen en el país, donde la inseguridad se ha convertido en el común denominador que flagela a la ciudadanía, resulta evidente que uno de los aspectos que es preciso replantear, es la forma en la que podemos desarrollar, en la sociedad, la cultura de la legalidad.
Tener una cultura de legalidad implica el tener una sociedad que simpatiza con la observancia de la ley. Considera el vivir en una sociedad regida por el estado de derecho, en el que la gente tiene la capacidad para participar en la elaboración e implementación de las leyes que rigen a las personas e instituciones, incluyendo al gobierno mismo, y donde todos debemos ser tratados por igual.
Todos podemos desear el tener una cultura de legalidad, sin embargo, no por el simple hecho de quererla la vamos a obtener. Es preciso fomentarla utilizando métodos y técnicas específicas para ello, considerando 4 aspectos fundamentales:
Educación cívica y escolar.
Fortaleciendo y educando a la ciudadanía, proporcionando conocimientos y desarrollando actitudes y habilidades en las personas, sobre todo niños y jóvenes, acompasadas con prácticas regulatorias efectivas que impulsen el civismo mediante programas y sistemas formales de enseñanza.
Centros de autoridad moral.
Promoviendo e impulsando el acercamiento de la ciudadanía a grupos y organizaciones civiles, donde las personas puedan conocer a figuras locales, mentores, maestros y líderes para orientarlas, guiarlas y motivarlas a conducirse dentro de los preceptos de la legalidad y la justicia.
Los medios y la cultura popular.
Utilizando proactivamente las herramientas y medios de comunicación, exhibiendo al crimen y la corrupción de forma tal que, lejos de elevar el nivel de percepción de la inseguridad o estúpidamente enalteciendo el poder criminal, provoquen el rechazo de la sociedad y difundan mejores prácticas de prevención y promoción de la cultura de la legalidad.
Las corporaciones policiales.
Fomentando entre los policías el cómo y porqué respetar el estado derecho, para lograr un trabajo profesional y efectivo. Promoviendo nuevas y mejores actitudes y enseñando y adiestrando a sus elementos, para reivindicarse como líderes en la promoción de la cultura de legalidad en la comunidad.
En el mundo existen ejemplos donde, a raíz de una crisis, se detonaron importantes cambios, como fue el caso de Sicilia, en Italia, ante el asesinato de líderes políticos electos y de magistrados y jueces o los casos de Hong Kong o Botswana donde un escándalo de corrupción en la policía detonó la chispa que encendió el cambio.
En México, y en general en Latinoamérica, han ocurrido infinidad de sucesos que hoy tienen postrada a la región en una grave crisis de inseguridad, el gobierno juega un papel definitorio en términos de las regulaciones, pero la sociedad desempeña uno definitivo respecto del estilo de vida que quiera vivir, al hacerlo alejado o cercano a dicho estado de derecho.
Es preciso comprender que los esfuerzos institucionales requieren, para lograr verdaderos cambios cualitativos, de una sociedad con una cultura que apoye dicho estado de derecho.
Todos tenemos una responsabilidad concreta en la tarea de construir mejores comunidades.
No esperes más la chispa para encender tu cambio, tu país requiere te involucres urgentemente para tomar cartas en el asunto y celebrar, el día de mañana, que con un poco de tu tiempo y disposición se logró desarrollar esa cultura que, hoy, muchos han olvidado y muchos otros debemos recordar que existe, que la tenemos y la queremos conservar: la cultura de la legalidad.
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