Miguel Ángel Díaz, gerente de Andiseg, sostiene que la pandemia obligó a estas compañías a dar un giro de 180° hacia los servicios digitales.
La vigilancia privada avanza en el proceso de pasar del tradicional guarda que se ubica en la puerta de un edificio o empresa, a la contratación de expertos en tecnología, que realizan su labor de manera virtual. Y es que la seguridad dejó de ser un tema de muros, casetas de vigilancia y personal uniformado con entrenamiento en actividad policial o militar.
Así lo señala Miguel Ángel Díaz, gerente de Andiseg, una empresa de vigilancia privada que lleva medio siglo de operaciones en Colombia y que tiene clara la evolución y modernización de este servicio. Díaz habló con Portafolio.
¿De qué manera la pandemia de la covid-19 ha impactado al sector de seguridad privada?
La nueva realidad generó un salto de 180 grados y un cambio de territorio. Los clientes empezaron a solicitar nuevos servicios que requieren innovación tecnológica. La vigilancia virtual se disparó y se convirtió en una prioridad.
¿Qué tipo de servicios nuevos existen?
El cliente ya no quiere vigilancia física, sino digital para protección de información, seguridad en teleconferencias y en sus redes sociales. La demanda de servicios virtuales creció 150%.
Tuvimos que adoptar tecnología y operar en tiempo real. Ahora hay escoltas online y transmisiones en directo con drones.
¿Eso significa que el negocio está saltando del vigilante presencial, con uniforme y un arma de dotación, a un profesional que ejerce controles desde una oficina?
Sí señor. En la medida en que la tecnología sea práctica y permita tener el control de los gastos y de la operación, las compañías sienten que pueden trabajar tranquilamente. Hoy en día, una empresa puede controlar toda la actividad, e incluso la de sus guardas, escoltas, supervisores, gestores y operadores de medios tecnológicos. Esto lo puede hacer una persona desde cualquier parte del mundo. En logística tenemos la capacidad de ofrecer el servicio de vigilar la última milla de las mercancías.
¿Cuál es la proporción actual entre la vigilancia presencial y la virtual?
Hoy, la seguridad virtual en nuestra empresa es el 40% y la física es el 60%.
¿Los servicios seguridad privada están creciendo de la puerta para adentro?
Sí. Es que los riesgos han aumentado dentro la empresa y no solo de la puerta para afuera. La realidad es que la seguridad se está trasladando del terreno físico al virtual. El atraco al vehículo de la transportadora de valores quedó atrás y ahora los robos son virtuales, y se accionan desde cualquier parte del mundo, desde un computador o desde un celular.
¿Qué tan frecuentes son los ataques virtuales a empresas y personas?
Según las estadísticas oficiales, una de cada tres transacciones en la red, tiene riesgo o intento de fraude. Por eso, las plataformas de seguridad son tan importantes para las empresas.
La gran ventaja es que cada operación digital es rastreable. De esa manera, quienes conocemos del oficio podemos detectar qué fue lo que pasó y encontrar a los responsables.
¿Los fraudes electrónicos crecieron el año pasado?
Totalmente. La actividad de internet realizada por las empresas y las personas creció 150% y las transacciones aumentaron 124% y el movimiento subió 90%. Hoy, el país es 100% más digital que hace un año.
Eso aumenta la exposición y la opción de un fraude. Hay que tener en cuenta que el riesgo es la relación entre frecuencia y exposición. Si alguien realiza una operación de manera frecuente sin la debida seguridad, aumenta el riesgo de vulnerabilidad. Por eso, los sistemas de control tienen que ser cada vez más robustos.
¿Cuál es la expectativa del negocio de la vigilancia?
Las expectativas de nosotros son muy positivas, porque lo que se viene es un incremento del trabajo remoto. Las encuestas revelan que el 70% tiene interés en mantener a sus empleados laborando desde la casa. Eso eleva el riesgo porque la información está mucho más dispersa, en computadores que no tienen la misma seguridad que los equipos de una empresa.
Los problemas vienen desde frentes como fuga de información, uso indebido a bases de datos, fraude financiero, pérdida de imagen corporativa y riesgo reputacional.
¿De qué magnitud es la participación de los empleados en los fraudes en las empresas para las cuales trabajan?
Las estadísticas indican tres cosas. i) El 28% de los eventos se produce por parte de la competencia; ii) el 45% de los empleados o exempleados de las empresas, y iii) el 17% por expertos o hackers. Esto se da porque el personal de las compañías es el que más tiene acceso a la información.
Los controles están concentrados en las empresas. Y ¿qué deben hacer las personas naturales?
Así como las personas toman medidas para andar en la calle para que no los atraquen, igual tienen que ser precavidos a la hora de enfrentar el mundo virtual
Comentarios
Publicar un comentario